QUE LA SUERTE TE ACOMPAÑE

QUE LA SUERTE TE ACOMPAÑE

Pronto acabará la semana. Y con ella el mes de diciembre, y por supuesto el año. Pero a veces, lo que único que pensamos es que mañana será lunes y que hay que empezar de nuevo la rutina.

Pero con un poco de suerte todo es más llevadero. De hecho, todo podría cambiar. Y lo mejor es que la Suerte es igual para todos, nunca se está quieta, nunca se acaba y nunca deja de visitar a la gente que ha ido a buscarla. Si has venido a La Calle de la Suerte tendrás más posibilidades de que ella se haya fijado en ti y te devuelva la visita. Estaría bien, ¿verdad?

Aunque no tenga cara, aunque cambiemos su nombre e incluso aunque no podamos verla, podemos pensar en la Suerte como en una buena amiga. Alguien a quien podemos acudir cuando lo necesitamos porque sabemos que, si puede, nos ayudará. Alguien que ilumina el día con su compañía y que tiene el poder de hacernos ver las cosas de otra manera. Pero, como alguien dijo alguna vez, no hay que dejar que la hierba crezca en el camino de la amistad, y a la Suerte hay que visitarla a menudo, demostrarle que nos acordamos de ella.

Si de vez en cuando llamas por teléfono o escribes un email a tus amigos, ¿por qué no le haces saber a la Suerte que también te acuerdas de ella de vez en cuando? Un día puedes hacerte con un décimo; otro día, tal vez te apetezca rellenar una Primitiva. Euromillones, Bonoloto... Hay muchas maneras de "llamar" a la Suerte e invitarla a hacernos una visita. También puedes formar una peña -nosotros te lo gestionamos- y así, cuando te llegue el turno, seréis más los afortunados y la alegría será aún mayor.

Nosotros construimos, hace más de medio siglo, un lugar donde la Suerte se siente muy a gusto. Tanto es así, que lo llamamos Calle de la Suerte cuando vimos que nuestra amiga decidió a quedarse a vivir aquí. A veces nos encanta echar la vista atrás y recordar las ocasiones en que repartimos alegría a raudales, como las Navidades pasadas, cuando entregamos un premio de 60.000 euros. Pero nos emociona todavía más saber que cualquier día puede ocurrir algo aún más maravilloso y que cualquiera de nuestros amigos -de sus amigos- puede recibir la visita de la Suerte.

Recuerda: la Suerte vive aquí y es tu amiga. Solo necesita que la invites a visitarte...